La realidad, en ocasiones, supera la ficción: un transportista ha sido condenado a un año y medio de prisión acusado de fingir un secuestro y quedarse con la mercancía que transportaba valorada en cerca de 150.000 euros.
La rocambolesca historia comienza cuando en noviembre del 2013 el acusado acude a un cuartel de la Guardia Civil a denunciar que acababa de ser amenazado a punta de pistola por dos individuos mientras orinaba en un área de servicio. Los mismos le golpean y dejan maniatado mientras se hacen con la carga que ese día transportaba.
Sin embargo, las pesquisas que la policía pudo llevar a cabo determinaron que la versión de los hechos carecía de fundamento al constatar que, precisamente ese día, la gasolinera donde tuvieron lugar los hechos estaba fuera de servicio. Además un empleado de la autopista reconoció al transportista supuestamente violentado y reconoció haberlo visto perfectamente tranquilo.
El transportista se enfrentó inicialmente a una condena de cuatro años y ocho meses de prisión, aunque finalmente no alcanzará los dos años.