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En un país acostumbrado a la exageración y la bravuconería como el nuestro, la información que publicaba ayer el diario galo SudOuets tenía que acabar siendo viral. Sobre todo si el protagonista es vasco, claro. Según el rotativo de Burdeos, la Gendarmerie habría sorprendido a un conductor ebrio que dio 4,75 gramos por litro de sangre en el análisis al que fue sometido. Llevaba 240 kilómetros al volante cuando le dieron el alto y, según parece, no sabía ni de dónde venía ni a donde iba. De hecho, fue incapaz de soplar y por eso le llevaron directamente a un hospital cercano. Todo esto ha sucedido en las inmediaciones de Burdeos.
Fuentes oficiales han confirmado a EL CORREO que es casi imposible dar con un positivo superior a los 3 gramos por litros, ya que esa es la que se considera la frontera del coma etílico. Hay que aclarar que hay dos escalas para medir el grado etílico de una persona. Los alcoholímetros que se usan en los atestados miden en miligramos/litro de aire espirado. El límite legal para poder conducir es de 0,25. Sin embargo, médicamente es más correcto y exacto hablar de gramos por litro de sangre. Este es el caso que nos ocupa y el límite legal sería 0,5 gr/litro. Legalmente se aceptan ambas medidas, que son facimente convertibles ya que una es el doble de la otra.
En la comunidad autónoma el positivo más alto que se ha registrado últimamente fue de 2,88 gramos por litro de sangre. Fue el pasado febrero, en Vitoria. «Hacía muchos años que no se veía una alcoholemia tan elevada en Vitoria», reconocían a elcorreo.com desde la Policía Local de la ciudad en aquella ocasión. «Una tasa de 1,44 miligramos por litro de aire es equivalente a 2,88 gramos de alcohol por litro de sangre. Eso es casi un coma etílico», aseguraban. Y de ahí la sorpresa por el positivo de Francia.
En cualquier caso, salvo que la Policía gala se desautorice a sí misma al haberse hecho público el atestado del caso, un conductor vasco, de 56 años, fue sorprendido el pasado julio al volante con una tasa de, 4,75 gramos de alcohol por litro de sangre. Según el diario Sud Ouest, el aterrador caso se registró en la autopista A-89 cuando una patrulla procedió a identificar al ocupante de un vehículo estacionado en el carril de emergencia en la vía que va de Burdeos a Perigueux, a la altura de la localidad de Saint-Seurin-sur-l'Isle.
Al comprobar el estado del conductor, que emanaba un fuerte olor a alcohol, los gendarmes procedieron a hacer el control de alcoholemia pero debido a estado, el conductor fue incapaz de soplar en la prueba de aliento. La policía francesa trasladó al conductor hasta el hospital más cercano donde se le realizó un análisis de sangre revelando un resultado de 4,75 gramos de alcohol por litro de sangre.
El conductor, de 56 años, no recordaba cuál era su destino ni cuánto alcohol había ingerido. La policía solo pudo comprobar que el conductor procedía de Saint-Martin-de-Seignanx, de la frontera entre las Landas y el País Vasco, y que a duras penas, rozando el coma etílico, había recorrido 240 kilómetros. Al individuo, que tendrá que presentarse en el Tribunal Penal de Libourne en octubre para declarar, se le ha retirado el carné de conducir durante al menos seis meses. Los responsables judiciales esperan que el conductor vasco pueda responder a alguna de las incógnitas que quedan sin respuesta.
Médicamente se considera que por encima de los 4 gramos -una tasa alcanzable, pero a la que es complicado sobrevivir- el cuerpo sufre una falta general de comportamiento, pérdida del conocimiento y hay una posibilidad real de muerte inminente.
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